La terapia celular no ofrecerá resultados interesantes hasta dentro de 5 ó 10 años

   Los científicos consideran un obstáculo el desconocimiento sobre los mecanismos mediante el cual las células madre podrían contribuir a reparar tejidos.

   Redacción, Madrid, (17/19-02-2007).- La terapia celular contribuirá al tratamiento de distintas enfermedades, pero hasta dentro de 5 y 10 años no podemos esperar resultados clínicos interesantes.
  Así lo ha declarado el doctor Felipe Prosper, del servicio de Hematología y Área de Terapia Celular de la Clínica Universitaria de Navarra, durante su participación en el VII Curso de Biotecnología Aplicada organizado estos últimos días en Madrid por el Centro de Investigaciones Energéticas Ambientales y Tecnológicas (CIEMAT) con el apoyo de la compañía biotecnológica Amgen.

"Es una de las líneas de investigación más prometedoras que hay en el campo de la medicina y no tenemos ninguna duda de que las posibilidades son enormes", reconoción el doctor Prosper, "pero sin embargo debemos ser conscientes de que estamos todavía muy lejos de alcanzar el objetivo de utilizar clínicamente la terapia celular".


   De hecho, tal y como destacó el investigador, los trabajos con las tan nombradas células madre embrionarias se encuentran todavía en fases muy incipientes y no se está desarrollando ningún estudio clínico abierto con pacientes. "Los resultados disponibles en animales apuntan a su posible papel en distintas enfermedades, pero no sabemos qué patologías se van a beneficiar de estas terapias y en qué plazos", advirtió. "Además, tenemos que superar muchas de las limitaciones que plantean la utilización de las células madre embrionarias".


   Células madre adultas

   Junto con este tipo de células madre embrionarias, existe otro tipo de células, las células madre adultas que sí se utilizan ya en determinadas alteraciones de tipo dermatológico y traumatológico y con las que además se está investigando en otras áreas, fundamentalmente en las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. "Este tipo de células", explicó el doctor Prosper, "ya se utilizan con éxito en las lesiones del cartílago y de la cornea y en pacientes quemados. Es una aplicación muy específica, pero que ya nos muestra el potencial de este tipo de terapia".


   "Respecto a otras áreas de investigación", puntualizó, "se han puesto en marcha más de 150 ensayos clínicos con las células madre adultas para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. En el campo cardiovascular, los esfuerzos se centran en el infarto de miocardio e insuficiencia cardiaca. La posibilidad de utilizar células madre para regenerar el músculo cardiaco destruido ha abierto múltiples esperanzas que se confirmarán en próximos estudios".


   En el campo de las enfermedades neurológicas, precisó que las células madre tienen un enorme potencial para reconstruir las neuronas y estructuras dañadas por enfermedades como Parkinson, Alzheimer, esclerosis, infartos o lesiones medulares. No obstante, apuntó que aún es necesario superar varias limitaciones, ya que las células implantadas han de ser capaces no solo de injertarse, sino también de establecer nuevas conexiones sinápticas.

Para este investigador, uno de los principales obstáculos en el desarrollo de la terapia celular radica en el desconocimiento que existe sobre los mecanismos mediante los cuales las células madre podrían contribuir a reparar tejidos. "Como sucede en ocasiones, los resultados terapéuticos en ocasiones preceden al conocimiento detallado de los mecanismos de dicha efecto positivo. En este sentido es esencial continuar la investigación básica que nos permita mejorar los tratamientos".


   Descubrimiento de dianas terapéuticas


   Durante el curso también se han tratado otras áreas biotecnológicas. Por ejemplo, el descubrimiento de nuevas dianas terapéuticas, que está permitiendo el desarrollo de fármacos específicamente dirigidos a la causa de las enfermedades. "Las nuevas tecnologías permiten la utilización de la modalidad terapéutica más adecuada para una determinada diana, ya sea a través de proteínas recombinantes, anticuerpos, ácidos nucleicos, cuerpos proteicos o moléculas de síntesis química”, explicó José Luis Motellón, director médico de AMGEN y co-director del curso.

Esta aproximación está permitiendo el tratamiento de enfermedades graves donde existe una clara necesidad médica, no cubierta por los fármacos convencionales. Los pacientes oncológicos son algunos de los más beneficados en este sentido. "Desde la secuenciación del genoma humano y gracias a las herramientas de análisis masivo de genes", explicó el doctor Bueren, "se han podido ir caracterizando los diferentes tipos de cáncer. A medida que vamos conociendo mejor la causa genética del tumor, podremos ir fabricando fármacos de diseño que se dirijan contra una determinada mutación de un tumor".


   Aunque aún queda un largo camino por andar en este campo, actualmente existen medicamentos que van dirigidos contra mutaciones que aparecen en genes asociados a enfermedades que afectan a un gran número de pacientes, como la leucemia mieloide crónica.  "Poco a poco, iremos comprendiendo, por ejemplo, las causas de resistencia de algunos pacientes y podremos ir creando subpoblaciones e identificando subgrupos de tumores para los que existirán fármacos específicos”, señaló el doctor Bueren.