El área cerebral de reconocimiento de la expresión facial no se activa en los niños autistas
Se trata de una zona del cerebro que nos ayuda a distinguir el sentido y significado de lo que la otra persona está pensando.
Redacción, Madrid (8-5-2007).- Un área cerebral implicada en el reconocimiento de la expresión facial no se activa en los niños autistas a diferencia de los que sucede en aquellos con el desarrollo típico, según un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos) que se ha hecho público durante la Reunión Internacional de Investigación sobre Autismo que se celebra estos días en Seattle.
Redacción, Madrid (8-5-2007).- Un área cerebral implicada en el reconocimiento de la expresión facial no se activa en los niños autistas a diferencia de los que sucede en aquellos con el desarrollo típico, según un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos) que se ha hecho público durante la Reunión Internacional de Investigación sobre Autismo que se celebra estos días en Seattle.
Los investigadores compararon la actividad cerebral entre 16 niños de desarrollo típico y 16 niños con autismo. Mientras que los niños pasaban por una prueba de resonancia magnética funcional (IRMf) se les mostraba caras que simulaban enfado, miedo, felicidad y expresiones neutrales. En la mitad de las caras los ojos se mostraban esquivos mientras que en la otra mitad las caras devolvían la mirada a los niños.
En el grupo de desarrollo típico, los investigadores descubrieron diferencias significativas en la actividad de la corteza prefrontal ventrolateral, que participa en la evaluación de las emociones. Cuando estos niños observaban las caras de mirada directa esta zona del cerebro se activaba, mientras que permanecía inactiva en el caso del resto de caras. Los niños con autismo no mostraron actividad en esta región del cerebro al observar las imágenes con mirada esquiva o directa.
Según Mari Davies, directora del estudio, "esta parte del cerebro nos ayuda a distinguir el sentido y significado de lo que la otra persona está pensando". Según la investigadora, la respuesta del cerebro es diferente cuando alguien nos observa de forma directa en vez de desviando la mirada.
Los resultados muestran el papel clave de la mirada en la comunicación y que incluso cuando se mira de forma directa a los niños autistas, éstos no reconocen estímulos visuales como la mirada y no procesan esa información.
Esto podría explicar por qué los niños diagnosticados con autismo tienen varios grados de deterioro de las habilidades de comunicación y la interacción social y desarrollan patrones de conducta restringidos, repetitivos y estereotipados.
En el grupo de desarrollo típico, los investigadores descubrieron diferencias significativas en la actividad de la corteza prefrontal ventrolateral, que participa en la evaluación de las emociones. Cuando estos niños observaban las caras de mirada directa esta zona del cerebro se activaba, mientras que permanecía inactiva en el caso del resto de caras. Los niños con autismo no mostraron actividad en esta región del cerebro al observar las imágenes con mirada esquiva o directa.
Según Mari Davies, directora del estudio, "esta parte del cerebro nos ayuda a distinguir el sentido y significado de lo que la otra persona está pensando". Según la investigadora, la respuesta del cerebro es diferente cuando alguien nos observa de forma directa en vez de desviando la mirada.
Los resultados muestran el papel clave de la mirada en la comunicación y que incluso cuando se mira de forma directa a los niños autistas, éstos no reconocen estímulos visuales como la mirada y no procesan esa información.
Esto podría explicar por qué los niños diagnosticados con autismo tienen varios grados de deterioro de las habilidades de comunicación y la interacción social y desarrollan patrones de conducta restringidos, repetitivos y estereotipados.